La paciente nos explica que su sonrisa le representa un problema de autoestima, puesto que no le gusta su forma y la falta de dientes posteriores le dificulta la ingesta de alimentos. Además, tiene la sensación de que todos los dientes se mueven y quiere recuperar el placer de reír y comer sin complejos.
Su caso requiere un enfoque multidisciplinar, con lo que nos reunimos distintos especialistas y planificamos un organigrama de todo el proceso. En todo momento se informa a la paciente del procedimiento y el tiempo que necesitamos para devolverle la funcionalidad y estética que desea a sus dientes.
El primer paso es la fase higiénica: realizamos un tratamiento periodontal para eliminar la inflamación, el sarro y estabilizar las bacterias de su boca. Paralelamente corregimos las caries y endodoncias de los dientes que lo requieren.
Una vez estabilizada esta fase, procedemos a realizar tratamiento con ortodoncia invisible para mejorar la posición de los dientes y corregir la protrusión que presentan.
Finalizada la ortodoncia, colocamos los implantes en los espacios edéntulos y el mismo día de cirugía realizamos el corte de los dientes superiores donde colocamos los provisionales con el nuevo diseño de la sonrisa que hemos preparado y acordado previamente con la paciente.
Una vez finalizado el tiempo de integración de los implantes, colocamos las coronas definitivas de circonio, respetando en todo momento la estética acordada en la fase de los provisionales.